Aquellos días de julio

Cuando era yo muy niño, en los días en que no tenía que ir a la escuela, mi papá me pedía a veces que lo acompañara a la chamba. Más que pedirme, me invitaba, pues a mí me hacía una ilusión enorme y a él no le era de gran utilidad. Nos pasábamos el día recorriendo la...

El diez del seis

Para ir y volver de la secundaria yo tomaba el Hipódromo-rastro. El camión, con sus franjas gris y blanco, ruta 52, me llevaba dos veces cada día y me regresaba otras tantas, metódico y acomedido, hasta y desde la entrañable Academia Hispano Mexicana. En el camino de...

Tres eran tres

Si no voy con cuidado, esta columna corre el riesgo de convertirse en crónica necrológica permanente. Es decir, los que tienen que andarse con cuidado son los irresponsables que andan haciéndole cosquillas en las costillas a la parca y metiéndole el dedo por las...

La luz y la confianza

Lo he dicho y repetido. Y lo seguiré diciendo y repitiendo. Lo he hablado en público y en privado. Para públicos reducidos y los multitudinarios. Lo he escrito a mano, en máquina de escribir y en la computadora. Se ha publicado en libros, revistas, periódicos,...

Mucho más que dos

El ritual se cumple indefectiblemente. Año con año, con una regularidad encomiable, grupos de jóvenes recorren las calles del centro de la Ciudad de México al grito de “2 de octubre no se olvida”. Y yo me pregunto, melancólico, qué será lo que no se olvida. En todo...

La barda de Copilco

Son varios y diversos los aspectos que me desagradaron del movimiento estudiantil que, hasta hace unos meses, más que sacudir, paralizó a nuestra Universidad Nacional. Y no es el más insignificante de ellos la casi total ausencia de pintas en la ciudad. No es que me...